Irene 

 

 

Mi primer contacto con el programa fue a través de una compañera de trabajo, profesora como yo, y madre de un niño con Síndrome de Asperger.

 

Empezamos a la vez a trabajar con un niño diagnosticado con el mismo síndrome en el colegio y ella me enseñó todo lo que había aprendido realizando su programa en casa.

 

Su hijo, que por entonces tenía 15 años, había pasado de no querer comer ni vestirse para salir a la calle, o rechazar cualquier tipo de contacto físico, a ser miembro de un equipo de hockey, acudir al instituto y ser un hijo más cariñoso y atento, tras realizar el programa Son-rise en casa con sus padres.

 

Esta historia fue fuente de inspiración para nuestro trabajo. Creamos una sala de juegos aislada del resto de niños y comenzamos nuestro Son-rise particular.

 

Nuestro pequeño de siete años, aprendió poco a poco a comunicarse mejor, a participar en actividades que en un principio decía odiar, a comer más sano y variado, a entender nuestros sentimientos, a participar en juegos sin la necesidad de ganarlos y también participar en clase como uno más.

 

Seguimos trabajando con él y en su actitud Son-rise! Tras saber de nuestro trabajo en el colegio, varias familias empezaron sus programas en casa con sus hijos con autismo.

 

Yo he estado trabajando con ellos como voluntaria y ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. No solo el hecho de ver a estos niños crecer, aprender y disfrutar de una manera libre de prejuicios y llena de aceptación, sino también el proceso personal por el que todos los que trabajamos a su alrededor pasamos cada día.

 

Gracias a Son-rise aprendo a ser más feliz, a no juzgar a los demás y a vivir el presente como nunca antes lo había hecho. Este programa no solo ayuda a nuestros niños sino que supone una revolución a nuestras creencias y valores, dándonos la oportunidad de vivir en completa felicidad.

 

Recomiendo este programa a cualquier madre, padre, tutor, profesor, terapeuta, psicólogo o en general a cualquier persona que tenga la suerte de encontrar a niños tan maravillosos en su camino.