
Esther
Conozco a Guillem el 25 de septiembre de 2014, y a partir de ahí empieza mi trayectoria en el programa. Ya desde la carrera había oído hablar sobre Son-Rise y me pareció interesante. Conocí el proyecto a través de una de las voluntarias y quise saber más, conocer a Guillem, saber cómo se trabajaba, y así lo hice. Empecé como empezamos todas, observando sesiones, analizando y reflexionando acerca de las dinámicas y los juegos con Guillem. Siendo por fin conocedora de algunas de las técnicas más importantes, empezó la acción y por fin entré a hacer sesiones con él.
Su evolución es lo que me motiva a seguir trabajando con él, ya que creo en él y sé que es capaz de avanzar mucho. La conexión que tenemos desde el primer momento es la clave.
Los juegos con Guillem, nuestro vínculo y todo lo que conlleva me hace ser consciente de que formo parte de su mecanismo de aprendizaje y es un orgullo, además, de una gran responsabilidad. Siempre me ha motivado trabajar con niños con Trastorno del Espectro Autista y reconozco que todo este proceso me ha ayudado a crecer como persona, en todos los sentidos. Es muy fácil aprender con Guillem.